martes, 22 de junio de 2010

La concentración mediática tiene los días contados

"El fallo de la Corte es un claro mensaje para quienes no hacen más que buscar chicanas jurídicas para frenar la entrada en vigencia de la Ley de Medios que representa un triunfo político de la sociedad sobre los oligopolios informativos” expresó Patricio Echegaray.

El Secretario General del Partido Comunista de Argentina, manifestó la satisfacción de su Partido por el fallo de la Corte Suprema que revocó el fallo de la Cámara de Mendoza que suspendía la aplicación de la Ley de Servicios Audiovisuales:

“Celebramos tanto la medida de la Corte como el corroborar que la derecha y sus socios mediáticos se van quedando sin recursos para intentar tapar el sol con las manos, la democratización de los medios de comunicación avanza indefectiblemente”

“La concentración de medios tiene los días contados en nuestro país, el fallo de la Corte es un paso importantísimo, pero debemos seguir alertas ya que a medida que se avance en la reglamentación de la ley, los sectores corporativos volcarán todo su poder de lobby para limitar los alcances de la misma” agregó Patricio Echegaray.

jueves, 17 de junio de 2010

Ahora no queda bien ser de derecha (Editorial de Nuestra Propuesta del 17/6/10)

A pesar del interes que despierta, como es lógico, el campeonato mundial de futbol, la vida política argentina está en movimiento. Distintas fuerzas políticas hacen conocer sus preferencias, los radicales tras la elección interna en la provincia de Buenos Aires, anuncian que quieren aliarse con los socialistas, en un espacio de centroizquierda. Stolbizer, también radical con partido propio, quiere unirse al Partido Socialista de Binner.

Los socialistas de Binner y Giustiniani, luego de una elección interna, tambien expresan sus pretensiones, reunirse nuevamente con Carrió, que de centro, ni de izquierda parece tener nada, basta escuchar sus declaraciones reivindicando la teoría de los dos demonios. Todos dicen ser de centroizquierda y por tal razón aspiran a una pata peronista que representarían Pino Solanas y su partido, con la consiguiente etiqueta centroizquierdista, luego de haber pasado por el nefasto grupo A de la derecha parlamentaria. Y hasta De Narváez se quiere popularizar llamando a Macri, su socio político, “derechoso”, pensando en un electorado a conquistar de la mano del peronismo disidente, sin dejar de representar a la suma del poder, las corporaciones y sus medios de difusión.
Víctor De Gennaro conforma un nuevo partido y su propósito expresado es que ese partido de centroizquierda dispute con el bipartidismo desde una postura de oposición al gobierno, agregando que su marco de alianzas llegaría desde Fernando Solanas hasta los socialistas y Margarita Stolbizer.

Todos estos anuncios especulativos tienen que ver con una lectura de la realidad política argentina asociada a la idea del fin de ciclo del gobierno actual y a las dificultades que encuentra la derecha en plantarse con una propuesta única, lo que activa a los sectores tradicionales de la derecha bipartidista. Por eso a todos les complace ser o aparentar ser de centroizquierda y disputar con el bipartidismo el lugar de una tercera fuerza.

Justo es reconocer que estamos ante una monumental transformación cultural que marca candentemente el panorama político y las formas en que los agrupamientos políticos se definen a sí mismos, califican a los otros y valoran el tiempo político, el contexto internacional, el contexto socioeconómico y la crisis mundial en curso.

Exceptuando a la derecha, las búsquedas centroizquierdistas merecen atención, en todo caso el problema a responder es con quién se disponen a jugar, habida cuenta de las experiencias aleccionadoras de la 125 y las retenciones y los escarceos parlamentarios de “oposición” liderados por la derecha.

Desde el kirchnerismo se proponen como una fuerza de centroizquierda en el peronismo, pero allí hay muchos candidatos, y dentro mismo del kirchnerismo hay sectores que empujan a oficializar la candidatura de Néstor Kirchner en el PJ, mientras otros en su espacio le reclaman ser una fuerza de izquierda.

Desde la izquierda, el desafío es el de constituirse con autonomía, con identidad propia y con una lectura del contexto político regional, tal como lo plantea el Nuevo Encuentro, agrupamiento en el que actuan Martin Sabbatella y Carlos Heller, que empuja hacia transformaciones sociales liberadoras, realmente alternativas ante la colosal crisis del sistema capitalista, para modificar el rumbo de las cosas, tal como proponemos los comunistas.

martes, 25 de mayo de 2010

Hacia la Patria del siglo 21 (Declaración del Partido Comunista de la Argentina)

“La Revolución es un sueño eterno”, Juan José Castelli.

Bicentenario. Ocasión para proyectar la Patria del siglo 21. A comienzos del siglo 19 Sudamérica crujía de contradicciones. El mandato colonial lo trababa todo, impedía, paralizaba, truncaba, entorpecía, retrasaba, obstruía.

Las cadenas de la dominación se hacían insoportables y no había lugar para progreso alguno. Pueblos originarios y personas arrancadas del Africa, esclavizados e hijos de europeos con necesidad de Patria, iniciaban la construcción, al sur del sur, de este mestizaje llamado a ser la República Argentina.

Por aquí, en la periferia más lejana del imperio, ni los virreyes ni las tropas contenían ya las esperanzas de lo que se comenzaba a constituir como pueblo.

La situación reflejaba, a su vez, un movimiento continental.

"Unámonos, paisano mío, para batir a los maturrangos que nos amenazan: divididos seremos esclavos: unidos estoy seguro que los batiremos…"
JOSE DE SAN MARTIN


Por allá, en la castellana madriguera del imperio, la corona otrora omnipotente que había llegado tres siglos atrás, espada en mano, para expoliar violentamente a estas tierras y a su gente, caía vencida por otros ejércitos y ello tornaba vulnerables a sus autoritarios representantes de ultramar.

Había pueblo, había patriotas. Había ideas y había con qué erguir un gobierno propio. Fue una Revolución. Mariano Moreno la proyectó políticamente libre y soberana, económicamente productiva, socialmente justa y profundamente democrática en su Plan de Operaciones.

Pero ese rumbo fue interceptado. Algunos mantenían el temor reverencial a la monarquía y el feudalismo y lo hacían jugar a favor de unos intereses de casta. Otros ya se asociaban a potencias de coloniaje más moderno y devenían en ricos comerciantes. Y así se fue delineando nuestra historia que desde el primer día de Patria tuvo en su matriz el conflicto que encontró siempre a las fuerzas de la independencia, el progreso, la justicia social y la democracia enfrentadas a las de la dependencia, el retraso y la exclusión social y política.

Hegemónicamente, los apropiadores de la tierra y de los bienes se fueron asociando al capital extranjero y gestaron el bloque social que aún hoy nos domina. Esos que no admiten siquiera un leve recorte de sus ganancias extraordinarias por exportar el cereal, ni que otras voces accedan al derecho de informar y ser informados, ni que se otorgue una asignación a la niñez desprotegida, ni que se regule a los pulpos bancarios, son el producto de aquellos que en función de sus intereses de clase torcieron en su momento el rumbo liberador de Mayo y rindieron pleitesía a quienes dominaban los mares, luego las manufacturas y, finalmente, las finanzas planetarias.

Esa batalla sigue en pie. No ha terminado. Somos muchos los que estamos dispuestos a luchar por todos los derechos sociales, contra todas las discriminaciones, por todas las libertades, contra todas las dominaciones, lo que se visualiza mejor desde una mirada continental. Si San Martín llegó armado hasta Guayaquil y allí abrazó al Bolívar combatiente que venía de más al Norte. Si Martí siguió la lucha hasta lograr en Cuba la penúltima independencia. Si Sandino y el Che entregaron todo contra los nuevos vasallajes, hoy América Latina se nutre de Fidel, el gran maestro, de Chávez, de Daniel, de Correa, de ese Evo que representa a los habitantes primeros de estas tierras de las que nunca se sintieron dueños, sino parte, y que hoy nos muestran que la defensa de la naturaleza y de la vida no se condice con el dominio del capital, sino con el proyecto socialista que cada pueblo sepa construir. Ahora, en el siglo 21.
Argentina cumple doscientos años. Desde ahora hasta julio de 2016 celebraremos el Bicentenario. Y seguiremos haciendo marchas, huelgas, paros, actos, piquetes, discursos, escraches, volantes, libros, recitales, poemas y manifiestos que son las formas de evitar que la Patria muera.

Y para que la Patria viva, para honrar la vida, miremos adelante, porque ya empieza el tercer siglo de nuestra existencia como Nación.

De esa nación argentina que nos demanda elaborar entre todos, ya con los Videla y Martínez de Hoz entre rejas, el proyecto nacional cuyos contornos y perfiles aún faltan definir.


Tenemos que regresar pronto al cincuenta por ciento de la renta para los trabajadores como se logró en un momento propicio de nuestra historia en ciertas condiciones mundiales. Será importante. Un gran cambio.

Pero cuando la tierra sea de quien la trabaja, cuando la riqueza producto del trabajo se la apropie el trabajador, cuando los recursos naturales del país estén en nuestras manos y florezcan escuelas llenas de pibes y libros y computadoras, y haya hospitales y viviendas dignas, podremos hablar de la realización de un proyecto nacional que hoy tenemos que elaborar, conscientes de que demanda como presupuesto contar con una fuerza popular organizada que también debemos empinar.

"Si fuéramos capaces de unirnos, que hermoso sería el futuro, y que cercano..."
ERNESTO CHE GUEVARA


¿Imposible? Los comunistas somos de aquellos que piensan como Juan José Castelli, el gran intelectual y orador de la Revolución de Mayo. Aquel que como representante de la Primera Junta luchó en el Altiplano quechua y aymara contra los ejércitos maturrangos y solía decir que “la revolución es un sueño eterno”. No renegamos de esa utopía. Estamos enrolados en esa Revolución que impregna hoy a toda América Latina y el Caribe.

Celebramos el Bicentenario en un momento propicio. Se produjeron cambios positivos y hay un clima favorable a la idea de profundizarlos. Hay más conciencia de nuestros enemigos internos y externos: el sector concentrado agroexportador, los monopolios mediáticos, el gran capital financiero, las corporaciones trasnacionales, las derechas políticas, las rémoras judiciales de la dictadura, el lastre de los años neoliberales, el imperialismo que ahora militariza nuestra región.

Estados Unidos asiste al derrumbe de su sistema financiero y al surgimiento de otro aun más voraz y concentrado. Europa cae hundida por el peso de la crisis griega y los trabajadores de España y otros países ya sienten el horrible dogal del ajuste en sus pescuezos. El hambre y el desempleo son la perspectiva cercana de millones de hombres y mujeres en el Primer Mundo, que ya salen a la calle, como en Atenas, Atenas de hoy, a resistir al fondomonetarismo con formas de sublevación.

Si la caída del reino de España favoreció aquel 1810 revolucionario en el virreinato del Río de la Plata, la actual crisis yanqui-europea, que es la crisis global del capitalismo en sus centros principales, ¿podrá favorecer los cambios en nuestra región y en nuestro país?

Afirmamos que hay pueblo y que hay ideas. Y que podremos darle formas avanzadas al proyecto de liberación nacional y social y construir la organización necesaria para hacerlo realidad, a condición de romper con los paradigmas de la dependencia y la ideología de la resignación.

Y a condición de retomar la utopía de nuestros maestros fundadores de la Patria para hacerla realidad.

domingo, 16 de mayo de 2010

Nuestra época (Editorial de Nuestra Propuesta del 13/5/10)

Continúa agrandándose el derrame de crudo ocasionado por la explosión de una plataforma británica en la que desaparecieron once trabajadores en el Golfo de México. Las firmas British Petroleum, Transocean y Halliburton (suena a Irak), reconocen el hecho como el peor daño ecológico de carácter mundial. La plataforma que se hundió derrama cerca de 800.000 litros por día (como cifra conservadora) y está acabando con la vida marina y las aves, hoy en peligro de extinción. Se atribuye este desastre a que la seguridad no va a la par de las perforaciones para la búsqueda de petróleo.

Desde un coche bomba inexistente en Times Square (no tenía bomba), las coimas en Venezuela, hasta el titular sobre el hallazgo de petróleo en Malvinas, por parte de una empresa británica, ocuparon las tapas de los diarios nacionales la última semana, en cambio el desastre ambiental no mereció una palabra porque están protegiendo la desmesurada explotación capitalista.

El objetivo principal de esa farsa ideológica es demostrar que no es posible enfrentar al imperialismo, que sólo es posible, en el mejor de los casos, negociar con el monstruo pequeños espacios de libertad y de ese modo desarticular la unidad y espíritu de lucha del campo popular.
Entre tanto la Ley de Medios sigue suspendida en nuestro país.

La vinculación entre estos hechos sin aparente relación entre sí es flagrante. El sistema concentrado de medios manipula, el imperio sigue su curso destructivo y la invasión de la soberanía en las islas argentinas agrega un nuevo episodio.

Pero hay más coincidencias, las luchas del pueblo griego, que merecen toda la solidaridad, expresan la pertinencia de la liquidación del sistema de explotación capitalista.

Hace 65 años, el 9 de mayo, se produjo la capitulación incondicional de los comandantes del ejército nazi alemán ante el comando soviético. Días antes, las tropas soviéticas habían entrado en Berlín e izaron en el Reichstag la bandera de la victoria. La orden de Hitler de “eliminar completamente la capacidad de Rusia de existir”, no se había cumplido. Había terminado la Segunda Guerra Mundial. Victoria de la humanidad.

Sin embargo, son hoy muy graves las amenazas que penden sobre los pueblos. Las fuerzas imperialistas, en primer lugar los EE.UU., los someten a nuevas formas de usurpación funcionales al mantenimiento de un orden injusto basado en el poder del imperialismo y de las clases dominantes, que restringen las libertades, atentan contra la soberanía nacional, promueven políticas antisociales violando los derechos de los trabajadores, militarizan el planeta, ponen en peligro la paz y la seguridad de la humanidad y contaminan el ambiente.

Una vez más se nos plantea preparar incansablemente nuestras fuerzas para ser portadores y portadoras de un fuerte carácter revolucionario, de una fuerte capacidad de agitación, de movilización, con conocimiento de la realidad y, por lo tanto, con vigorosa capacidad para generar, producir y reproducir los debates que la lucha cultural de nuestro tiempo impone.

miércoles, 28 de abril de 2010

El problema es el capitalismo (Editorial de Nuestra Propuesta del 29/04/10)

Los habituales comunicadores del sistema hablan de simientes de anarquía y grietas de corrupción y se explayan acerca de los negociados reales y supuestos que promueve el gobierno nacional para su enriquecimiento ilegal.

Esta cuestión de la corrupción, completamente condenable, sin embargo no es propia solamente de este gobierno y sus colaboradores, sino que sigue como la sombra al cuerpo a los distintos gobiernos, tanto los que postulan el capitalismo, como a los que aspiran a superarlo, porque está originada en la esencia del capitalismo, la ganancia como ley y la explotación del trabajo. Aun en medio de transformaciones antineoliberales o anticapitalistas directamente se encuentran fenómenos de corrupción como expresión de rémoras culturales del capitalismo.

Bien hace Evo Morales, en la Cumbre de los pueblos por él convocada, en señalar la extraordinaria concentración de las riquezas y la injusticia que conlleva.
Por esa razón, junto a las plañideras denuncias de negociados y coimas, los medios masivos plantean que el actual ciclo gubernamental en la Argentina está agotado y solo es posible manejarlo sin escrúpulos, cosa que harían los Kirchner y que, al consumirse su ciclo, no pudo hacer De la Rúa, por ser respetuoso y tímido (habría que ver quién es el inescrupuloso). Y siguiendo el razonamiento de los ciclos políticos que irreversiblemente se acaban, porque “la gente se cansa”, les sobreviene la preocupación por la irreflexiva dispersión de los opositores que le abriría camino descabelladamente a Néstor Kirchner en las elecciones de 2011. Pero esto es materia de “opositores”, tal como se autodenominan Pino Solanas y otros, en alineamientos de perfiles enrarecidos.

De lo que se trata es de advertir las dificultades de creación de una alternativa popular, democrática, de izquierda, anticapitalista, debidas a la fragmentación social, a la fragmentación entre lo social y lo político, que impiden crear una relación de fuerzas favorable a este objetivo, unificando las luchas en lo político.

Esta cuestión es de suma importancia porque el proceso político actual en la región reclama fuertemente su radicalización para poder confrontar con los embates del imperialismo en pos de recuperar su hegemonía.

Esto nos plantea un plan de acción consistente, en primer lugar, en enfrentar al enemigo principal, el imperialismo y las oligarquías locales, en enfrentar las vacilaciones y reticencias del gobierno en extremar la distribución de la riqueza, en la intensificación de una política autónoma de construcción de una fuerza de izquierda y en desplegar con insistencia la solidaridad con los procesos liberadores en la región, en particular con Cuba, acosada e insumisa como siempre.

jueves, 15 de abril de 2010

La verdadera amenaza (Editorial de Nuestra Propuesta 15/410)

Como en un rompecabezas se van acomodando piezas, el ministro de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, Esteban Bullrich, no quiere que los alumnos de las escuelas porteñas aprendan historia. Esto encaja muy bien con los planes de espionaje de su jefe, el ingeniero Macri.

Por su parte la Iglesia pretendió, en un momento de baja estima social por los enjuagues del Vaticano, hacer firmar un documento crítico a sindicatos y empresarios, y no tuvo éxito porque las negociaciones de esos sectores sociales se realizan en forma directa y permanente con el gobierno nacional. Lo que sí encaja con la baja estima social de la Iglesia es el libro que monseñor Bergoglio escribió para explicar su actuación juvenil durante la dictadura. Hizo lo que pudo.


Los grandes diarios gastaron bastante tinta para explicar una vez más que la presidenta argentina no sería saludada por el presidente norteamericano Obama en la Cumbre sobre seguridad nuclear. Error. No solo hubo beso en la mejilla sino entrevista privada y además solicitó que en la Cumbre Cristina Fernández se sentara a su lado, lo que encaja en el tablero del rompecabezas: política de seducción.

Claro, los reaccionarios de toda calaña piensan en el besamanos norteamericano como la cúspide del favor imperial. Pero el problema no es la entrevista. El peligro es otro.

No hay ni debe haber ninguna razón para que el gobierno argentino, más allá de la diplomacia, se genere alguna ilusión con el jefe de la Casa Blanca.
Los peligros de un ataque extremista de carácter atómico estan en las frías mentes de los laboratorios de pensamiento yanquis, Obama acaba de decir en la Cumbre que es la oportunidad no solo de hablar sino también de actuar, ya que el riesgo de un ataque atómico por parte de un grupo terrorista ha aumentado. Y esto sí encaja con las acciones bélicas en Irak y Afganistan y con el despliegue de la 4ª Flota en las costas de Nuestramérica.

Nuestro país debe, no solo postular la destrucción de todo el armamento nuclear y ésta sí es una pieza del rompecabezas que se ubica también en Malvinas, sino que además urge derogar la Ley 26268 (antiterrorista), que pende sobre las cabezas de los luchadores populares. Pedido de derogación oportunamente presentado en el Parlamento Nacional por el PC con la firma de su secretario general.

Sería una ingenuidad desconocer que esta ley fue elaborada e impulsada por el gobierno norteamericano y el Grupo de Acción Financiera Internacional (Gafi), creando una nueva figura denominada “Acción Ilícita Terrorista” que cuestiona el presunto desarrollo de armas nucleares en algunos países como Iran, mientras mira para otro lado y estimula a Israel y Pakistan en su despliegue nuclear.

La verdadera amenaza que acecha a nuestro país es la pobreza, la injusta distribución de la riqueza, la exclusión social, el empleo en negro, la demorada recuperación de las riquezas naturales.

A eso debemos abocarnos.

martes, 23 de marzo de 2010

Mas sobre la oposición (Editorial de Nuestra Propuesta del 23/3/10)

Un reciente informe del Departamento de Estado yanqui refiere a la corrupción y debilidad institucional que se vive en Argentina, los principales medios de prensa norteamericanos tratan de cerca el tema del Banco Central en nuestro país, también se preocupa por la independencia de este Banco el Fondo Monetario Internacional, a su vez el gobierno norteamericano de las finanzas cree que el Banco Interamericano de Desarrollo debe ceder al Banco Mundial, al que controla más que al BID, la órbita de América Latina.

La llamada oposición en nuestro país evidentemente actúa de acuerdo a la inspiración de la agenda que fijan el imperio y los factores de poder real.
Por ejemplo la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa habla en su comunicado de la caída de valor institucional a la que asistimos y de la carrera entre precios y salarios, de una economía desequilibrada, no atractiva para los inversores.

La Asociación de Dirigentes de Empresa, por su parte, se siente amenazada, o mejor dicho entusiasmada, con una futura devaluación, al igual que los economistas estrella del neoliberalismo, que ante la inminencia de la convocatoria al Consejo del salario mínimo, a continuación de las paritarias, advierten sobre la puja precios-salarios. En definitiva exigen una instrumentación más drástica de la doctrina de mercado apelando al relato que plantea que el Estado imponga “disciplina financiera”, o sea reducción del gasto público.

Tanto la Asociación Empresaria Argentina como la Iglesia llaman a la cordura por las políticas agresivas de discusión entre la Rosada y el Parlamento y la Justicia, que afectan la calidad institucional. Todo esto ayudado por los medios de comunicación en la medida que al exacerbar todo enfrentamiento y darle cobertura extraordinaria retroalimentan una percepción contraria a cualquier debate o conflicto. Porque sí hay debate y hay conflicto: los problemas de la redistribución de la riqueza se deben en gran parte a la presencia de enclaves neoliberales no solo en las estructuras económicas, sino en la ideología de la derecha, la del ajuste, la del simplismo mercantil, las privatizaciones, el consumismo, todas absolutamente antidemocráticas.

Y hay debate y conflicto. Sobre la utilización del Presupuesto, sobre el pago de la deuda, sobre la nacionalización de recursos, sobre el aumento salarial, sobre las fuentes de trabajo y la economía popular, sobre el Banco Central, sobre la devaluación, sobre el Banco del Sur, sobre la producción agropecuaria y las exportaciones, sobre los juicios a los genocidas, sobre la ley de partidos políticos.

Para sostener estos debates y terciar en los conflictos el movimiento popular necesita acumular fuerzas, organizarse, darse un programa y trabajar duro por la creación de una fuerza política nueva, con amplia participación democrática, popular y antimperialista.

El papel de esta fuerza es fundamental en la disputa con las derechas y en la acción autónoma que le permita presionar firmemente al gobierno para la profundización de las medidas básicas de distribución de la riqueza